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Te presentamos nuestra guía para organizar el hogar de manera sencilla: siete pasos para tener una casa ordenada

Imagina un hogar que irradia paz y tranquilidad; un hogar en el que hay sitio para todo y todo está en su sitio. Deja de imaginar y haz que tu casa sea ese lugar soñado con nuestra simple guía de organización.

¡Tener una casa ordenada es muy sencillo si sabes cómo hacerlo!


1. Dedica cinco minutos a recoger

Hazlo antes de irte a dormir. Así, cuando te levantes, todo estará ordenado y no reinará el caos. Si consigues que todos los miembros del hogar hagan lo mismo, ¡tu casa estará aún más ordenada!

2. Limpia la cocina

Hazlo después de las comidas. Da gusto preparar la comida en una cocina limpia y ordenada y tener que fregar todo antes de ponerte a ello no es para nada divertido.


3. Hay sitio para todo

No dejes que las cosas se acumulen. Guarda en cajones y armarios la ropa de cama, los papeles, los juegos, los juguetes y todas esas cosas que hacen de tu casa un hogar. Si guardas todo en su sitio, podrás encontrarlo sin problemas.


4. Menos es más

Si hablamos de tener una casa ordenada, menos siempre es más. Te recomendamos que cada dos o tres meses te deshagas de esas prendas, zapatos, bolsos, juguetes y libros que ya no necesitas. ¡Y no llenes el espacio disponible con más cosas innecesarias!


5. Crea un sistema rotativo de limpieza

Crea una lista con las tareas diarias, semanales y mensuales. En ella tendrás que incluir cosas como limpiar las ventanas, barrer y ordenar los armarios, los juguetes, los juegos, los libros y las revistas. Distribuye las tareas entre los miembros del hogar para que no tengas que ser siempre tú la que hace todo.


6. No postergues la colada

Las pilas de ropa hacen que la casa quede muy desordenada. Si creas un sistema para hacer la colada, la ropa siempre estará limpia y organizada. Guarda la ropa inmediatamente después de recogerla de la cuerda o sacarla de la secadora

7. Haz la cama

Así tendrás la habitación ordenada y podrás disfrutar de la sensación de meterte en una cama de ensueño al final del día. Acostúmbrate a hacer la cama después de levantarte por la mañana. No tardarás nada.